Javier Coello: Del lado de la Justicia

El Licenciado Javier Coello Trejo tiene una larga y conocida trayectoria, tanto en el derecho, como en la política mexicana. Ha marcado precedentes en distintas áreas, sobre todo en la lucha antidrogas.

Revista Líderes Mexicanos le realizó una entrevista, la cual les compartimos a continuación:

Sus inicios

A los 17 años el gobernador de Chiapas le dio un trabajo como agente de policía, después continuó como Ministerio Público del Fuero Común, luego secretario particular del Procurador. En 1973 ingresó a la Procuraduría General de la República como agente del Ministerio Público Federal.

En el sexenio de José López Portillo llegó como Procurador General de la República, una persona que dejaría una gran huella en él, el licenciado Óscar Flores Sánchez, un chihuahuense muy especial “con muchos pantalones, que es lo que este país necesita”.

En ese entonces, Javier Coello, consignaba a un narcotraficante muy importante en la frontera norte y cuando regresó a la Ciudad de México, por alguna razón estaban desmantelando su oficina. Coello buscó al Procurador, Flores Sánchez quien le dio un caso a trabajar y le devolvió su oficina. Javier Coello tenía detenidos y el asunto armado en 72 horas. Fue el primer asunto donde se consignó a funcionarios públicos en el sexenio de López Portillo.

A partir de ahí comenzó a dedicarse a investigaciones como la de Banrural, donde se detuvo a Everardo Espino y se giró orden de aprehensión a varios funcionarios. Durante esta investigación, Coello tuvo entonces, mucho contacto con Miguel de la Madrid, a quien le informaba los avances de la investigación de forma continua y con quien tuvo una estrecha amistad.

Los primeros tres años del sexenio de Miguel de la Madrid, fungió como Secretario de Gobierno del Estado de Chiapas. “Es en 1984 cuando fundé el Despacho Coello Trejo y Asociados”, este año cumplen 35 de litigar exitosamente.

Actualmente entre personal administrativo, abogados y asistentes, 70 personas conforman su despacho, “hemos trabajado fuerte, he tenido la oportunidad de defender a varias personas, pero también de acusar y me gusta más acusar, porque tengo la base del Ministerio Público”, Javier se confiesa un enamorado de esta función quien acentúa que lastimosamente esta figura -como lo que era-, se fue perdiendo.

El sexenio Antidrogas

Poco antes de que Carlos Salinas de Gortari, tomara posesión en la Presidencia, llamó a Coello para invitarle a formar parte de su gabinete como Sub -procurador General de la República, “pero el día 2 de diciembre, me pide que lo acompañe con Enrique Álvarez del Castillo, a la Suprema Corte de Justicia de la Nación”.

En el momento que Álvarez del Castillo, le dice que le daría posesión como Procurador, es el presidente Salinas, quien le pide que se haga cargo del combate a las drogas. “Sentí que se me abría la puerta Mariana” recuerda entre risas, “y tomé la decisión de no aceptar, pero como a las 5:00 pm, me llamó el Procurador, me dijo que el Presidente me quería ver y los argumentos que él me dio, me convencieron”, pero asegura, que además de eso, lo que fundamentalmente le convenció fue el hecho de que su esposa le dijera “yo estoy contigo, en esta y en las que sean”.

Durante su cargo como Jefe Antidrogas en ese sexenio, se lograron detener a más de 4 mil narcotraficantes, entre ellos cabezas fuertes como la de Miguel Ángel Félix Gallardo, quien era el capo de capos de América Latina; también consignó a Amado Carrillo Fuentes “El Señor de los Cielos”. En ese entonces se decomisó una flota civil de 200 aviones.

En 1991 entra a formar parte del gabinete ampliado de Salinas de Gortari, como Procurador del Consumidor, “una chamba hermosa. A la gente lo que le molesta es que les quieran ver la cara con sus enceres domésticos, con su licuadora o su refrigerador. En la Profeco fue donde logré meter en orden a la Asociación Nacional de tiendas Departamentales e incluso clausuré Telmex administrativamente”, llegó un momento que se cansó, sólo veía a sus hijos lo fines de semana y ofreció su renuncia al Presidente.

En la época que fue Sub-procurador de la República, se le cambió el nombre al despacho, ya que por obvias razones nunca permitió que se manejaran ahí asuntos de drogas, ni mucho menos que se defendieran narcotraficantes, por lo que se llamó un tiempo “Consultoría Jurídica Integral”.

“No estoy de acuerdo con muchas cosas, estamos viviendo una corrupción galopante, pero la única manera de que se acabe la corrupción es combatiéndola con energía y fuerza. Tampoco estoy de acuerdo con la errónea política de los Derechos Humanos (DDHH), que se ha aplicado en México, estoy convencido que los DDHH son algo que está con el ser humano, pero hay que proteger a la víctima y se han dedicado a proteger a los victimarios”.

Coello, comento qué, el problema de la impunidad en México, no solamente es por ineficiencia o ineficacia de nuestras autoridades, sino por la mala aplicación de los DDHH, los resultados que hemos visto son mínimos, “La ley no se puede negociar, la ley es fría y hay que aplicarla tal como es. Se ha mezclado la política con la justicia y en el momento que eso pasa, se acaba el estado de derecho.

“Yo platiqué con varios juristas y funcionarios de que, lo que hubiera hecho en cuanto las reformas penales, sería haber fortalecido la institución del Ministerio Público y fortalecido el poder judicial, el problema es que como hay jueces muy buenos, hay gente que no tiene ni idea. 

“¿Quien diseña una carretera?, ingenieros civiles que tienen experiencia en carretera, ¿quién hace las leyes, quién las instrumenta?, es como el sacerdote que da conferencias sobre cómo debe ser una familia, ¿cómo puede saberlo si no está casado, no tiene hijos, no puede dar un consejo? Hay que llamar a los abogados, a los jueces y así se instrumentan leyes que sean ad hoc”. En México hace falta voluntad política -nos aseguró- y que quienes construyan las leyes sea gente que tenga experiencia y que viva las cosas.

Con información de revista

Líderes Mexicanos